La meditación y la deconstrucción del yo: El potencial para un bienestar psicológico más duradero

Paulina Lamas 

En las últimas décadas, la meditación proveniente de tradiciones contemplativas milenarias, ha capturado la atención de la ciencia, articulando un campo de investigación más amplio que hoy se conoce como ciencias contemplativas, esto debido a la evidencia que ha mostrado sobre la salud mental y el bienestar. En el corazón de distintas tradiciones contemplativas, uno de los objetivos fundamentales es abandonar la percepción de una identidad fija “yo” (García-Campayo et al; 2023). En el campo de las ciencias cognitivas las prácticas que apuntan a indagar y desarticular patrones que organizar este “yo” son llamadas prácticas deconstructivas, que invitan a disolver patrones rígidos de pensamiento y emoción, promoviendo una experiencia más libre y fluida de la identidad (Dahl et al., 2015; Gallagher, 2013. García-Campayo et al;2023).

¿Qué es la deconstrucción del yo?

La deconstrucción del yo implica observar críticamente la idea de un “yo” fijo e inmutable. En lugar de ser una entidad sólida, el “yo” puede entenderse como un patrón dinámico que integra procesos corporales, emocionales, cognitivos y narrativos, en constante interacción con el entorno (Gallagher, 2013). Este concepto, respaldado por la “Teoría del Patrón del Yo”, propone que el sufrimiento surge al aferrarse a una identidad rígida, lo que limita la capacidad de apertura y de un equilibrio dinámico en la relación mente-cuerpo-entorno (Berkovich-Ohana et al., 2024).

Tradiciones como el budismo consideran este proceso indagatorio en el «yo» fundamental para aliviar el sufrimiento. La práctica de observar emociones y pensamientos sin identificarse con ellos, entre otras prácticas indagatorias como Vipassana,  permiten liberar patrones que rigidizamos en una “identidad” y que perpetúan la insatisfacción (Dahl et al., 2015).

Meditación: un camino hacia el cambio

La meditación entrega un método, y dentro de los distintos tipos de prácticas meditativas, hay algunas que facilitan (a través de la observación directa) la deconstrucción del yo. Según Dahl, Lutz y Davidson (2015), las prácticas meditativas se clasifican en tres familias principales: atencionales, constructivas y deconstructivas, cada una con mecanismos específicos para modular los procesos mentales.

Meditación de atención plena (mindfulness)

La atención plena, o mindfulness, desarrolla la capacidad de observar pensamientos y emociones sin reaccionar automáticamente ante ellos. Esto reduce la fusión experiencial —la identificación con pensamientos o emociones— y mejora la regulación emocional. Farb et al. (2007) encontraron que esta práctica disminuye la actividad en la red neuronal por defecto, relacionada con la autorreferencia, favoreciendo una mayor presencia en el momento actual.

Vipassana

La práctica de Vipassana se diferencia del mindfulness en su objetivo central. Mientras el mindfulness entrena la atención plena, Vipassana se enfoca en la impermanencia de los fenómenos internos, como pensamientos, emociones y sensaciones, revelando que todo lo que surge en la mente y el cuerpo es transitorio. Este enfoque permite desmantelar patrones rígidos y cuestionar la percepción del “yo”, ayudando a liberar los apegos y aversiones que alimentan el sufrimiento. Así, Vipassana no solo desarrolla presencia, sino que analiza más profundamente la relación con la experiencia y la identidad. Kothari y Prakash (2023) destacaron su impacto positivo en la calidad de vida y la reducción de la ansiedad, especialmente en contextos adversos como la pandemia de COVID-19.

Meditación compasiva

Las prácticas de compasión, como el amor bondadoso, fortalecen emociones positivas hacia uno mismo y los demás. Estas prácticas han demostrado reducir la reactividad emocional y fomentar la conexión interpersonal, esenciales para un bienestar psicológico sostenible (Strauss et al., 2016).

Un campo emergente en la ciencia

El estudio científico de la meditación y la deconstrucción del yo es un campo emergente, que necesita mayor desarrollo e investigación. Por el momento, algunas investigaciones muestran que estas prácticas pueden modificar la actividad cerebral, especialmente en áreas relacionadas con la autorreferencia y la regulación emocional. Brewer et al. (2011) encontraron que las prácticas de mindfulness reducen la actividad en la red neuronal por defecto, mientras que estudios más recientes sugieren que la meditación puede reorganizar el patrón del yo, hacia un estado más flexible y menos egocéntrico (Berkovich-Ohana et al., 2024).

Además, la Teoría del Patrón de Selflessness (PTSL) propone que la meditación puede transformar el “yo” desde un estado rígido hacia una experiencia más fluida y conectada, permitiendo una mayor autotrascendencia (Gallagher, 2013; Berkovich-Ohana et al., 2024).

La meditación y la deconstrucción del yo no solo son herramientas para reducir el estrés, sino que representan un camino que puede dirigirnos hacia una comprensión más profunda de la experiencia humana. Al trascender la idea de un “yo” rígido, se abren nuevas posibilidades para experimentar la libertad, la compasión y el bienestar.

En palabras de Dahl et al. (2015), “la deconstrucción del yo no solo reduce el sufrimiento, sino que también permite experimentar la realidad de una manera más abierta y conectada”. Integrar estas prácticas en la vida diaria es una oportunidad para transformar nuestra relación con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea.

Referencias

  • Berkovich-Ohana, A., Brown, K. W., Gallagher, S., Barendregt, H., Bauer, P., Giommi, F., Nyklíček, I., Ostafin, B., Raffone, A., Slagter, H. A., Trautwein, F.-M., Vago, D., & Amaro, A. (2024). Pattern theory of selflessness: How meditation may transform the self-pattern. *Mindfulness, 15*(2114–2140). https://doi.org/10.1007/s12671-024-02418-2 
  • Brewer, J. A., Worhunsky, P. D., Gray, J. R., Tang, Y. Y., Weber, J., & Kober, H. (2011). Meditation experience is associated with differences in default mode network activity and connectivity. *Proceedings of the National Academy of Sciences, 108*(50), 20254–20259. https://doi.org/10.1073/pnas.1112029108 
  • Dahl, C. J., Lutz, A., & Davidson, R. J. (2015). Reconstructing and deconstructing the self: Cognitive mechanisms in meditation practice. Trends in Cognitive Sciences, 19*(9), 515–523. https://doi.org/10.1016/j.tics.2015.07.001 
  • Farb, N. A., Segal, Z. V., Mayberg, H., Bean, J., McKeon, D., Fatima, Z., & Anderson, A. K. (2007). Attending to the present: Mindfulness meditation reveals distinct neural modes of self-reference. Social Cognitive and Affective Neuroscience, 2(4), 313–322. https://doi.org/10.1093/scan/nsm030 
  • García-Campayo, J., Hijar-Aguinaga, R., López-Del-Hoyo, Y., Magallón-Botaya, R., Fernández-Martínez, S., Barceló-Soler, A., Soler-Ribaudi, J., & Montero-Marin, J. (2023). Effectiveness of four deconstructive meditative practices on well-being and self-deconstruction: study protocol for an exploratory randomized controlled trial. Trials, 24(1), 125. https://doi.org/10.1186/s13063-023-07151-0
  •  Gallagher, S. (2013). A pattern theory of self. Frontiers in Human Neuroscience, 7, 443. https://doi.org/10.3389/fnhum.2013.00443 
  • Kothari, A., & Prakash, G. (2023). Vipassana meditation and its impact on mental health during the COVID-19 pandemic: A systematic review. Mindfulness, 14(5), 1032–1050. https://doi.org/10.1007/s12671-022-02265-8 
  • Strauss, C., Lever Taylor, B., Gu, J., Kuyken, W., Baer, R., Jones, F., & Cavanagh, K. (2016). What is compassion and how can we measure it? A review of definitions and measures. Clinical Psychology Review, 47, 15–27. https://doi.org/10.1016/j.cpr.2016.05.004 metiv

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